viernes, 30 de noviembre de 2007

Volviendo con Chiapas

Lo no tan chido:
De los cahuiles no hubo mucho, hizo mucha falta con nosotros el cahuil Omar, esos eran huevos en la cancha. El corazón del Mono, el entusiasmo del Conti, la personalidad del Camilo, el incansable X, la motivación del Loquito, la defensa del Ratón.
Nunca habíamos quedado en último lugar.
Nunca había jugado un partido sin corazón y sin ganas, nunca había tirado la toalla en un partido, ni jugado con una actitud tan de la chingada de la cual me avergüenzo por mi falta de madurez. Lo siento equipo. Ése fue el último partido del torneo y no voy a repetir uno así otra vez.
Verdaderamente se ve la falta de un entrenador y entrenamiento en todos los equipos de Chiapas, ahora que ya está solo el supuesto super entrenador ahí es donde se ve lo que es su supuesto trabajo. Chale y por eso la hizo-hace tanto de pedo, que triste.

Lo chido:
Volver a jugar con el Bibor y el Carlos Soto después de todo este rato.
Jugar con el Jeú.
El regreso del Misuko ahora Dalai.
La integración de los Pacos y del Marcial.
La convivencia.
Los partidos con un chingo de acción en mi portería.
Ver al mini aventarse un shootout contra Gunajuato.
Jugar contra el Omar.
Jugar contra mi padrino y el Saúl.
Jugar contra los exilio y el estado.
Los 2 partidos que dirigí a las chavas.
Ver jugar al Puchini.
Arbitrearle a los equipos que se saben comportar.

Calentamiento con el toque de los Soto, la música electrónica y la carga de energía

La meditación mañanera del Dalai



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